Trabajo y familia en tiempos de COVID
Después de 2 años de enfrentar esta pandemia, los desafíos personales para conjugar la vida laboral y familiar fueron desafiantes y mucho más trabajosos de lo que pensábamos.
En este articulo doy una perspectiva de cómo impactó la pandemia a profesionales como yo, y de cómo a pesar de haber sido afectada física y emocionalmente pude encontrar un camino de luz en esos momentos tan duros para la humanidad.
Domingo 15 de Marzo del 2020, fecha inolvidable donde el entonces Presidente Martin Vizcarra decretó la Cuarentena en todo el territorio nacional. Días de zozobra, incertidumbre y recelo donde todos los profesionales que trabajábamos remotamente estábamos en nuestra normalidad, también estábamos intrigados por los miles de profesionales de todas las áreas que no estaban acostumbrados a la virtualidad y mucho más preocupados por los otros cientos de miles de personas cuyo trabajo era imposible de hacerse en forma virtual.
Mi entorno cercano y yo, gracias a Dios, teníamos un trabajo y contábamos con permisos para salir debido a que trabajábamos en sectores de primera necesidad, pero todo ello contrastaba al ser conscientes de otros sectores menos favorecidos que conocíamos bien, como son las Ollas populares del Rímac y de Pachacamac, las cuales vivían aquellos momentos con zozobra y en desesperación. Esta situación nos llevó a ser solidarios y colaborar como comunidad llevando ayuda a estos comedores populares a través de las parroquias, quienes fueron las que apoyaron y comenzaron a llevar víveres resguardados de fuerza policial, cabe mencionar que nosotros no podíamos asistir pues no teníamos los permisos para desplazarnos a realizar este tipo obra diferente a nuestro trabajo.
En todo el año 2020 todos nos cuidamos, todos nos preocupamos por todos y a pesar de manejar todo en la virtualidad estábamos conectados y más cercanos que nunca. Personalmente sentí que este año 2020, transcurrió demasiado rápido dentro de todos los problemas políticos y sociales de nuestro país. Quiero comentar que a nivel personal, toda mi familia se acercó y unió más que nunca, tengo muy bonitos recuerdos de noches de juegos y de películas, las cuales no tenía tan a menudo, y agradezco a mi esposo y mis hijos por tan maravillosos momentos.
En el año 2021 ya sabíamos de los avances de la medicina y escuchábamos sobre las vacunas en el extranjero, era enero 2021, fecha en que iniciaron la aplicación de vacunas en los EE. UU. Lamentablemente en nuestro país por motivos varios que pueden ser explicados en otro contexto, se demoró la importación de las mismas y nuestras cifras de infectados y fallecidos crecieron exponencialmente quedándonos sin capacidad de atención medica en todo el País, imágenes en hospitales hacinados, velorios y entierros solitarios y colas interminables por un balón de oxígeno a precios inalcanzables, son los momentos terribles que no olvidaremos para que no se repitan en la historia de nuestro Perú.
Es aquí donde quiero hacer un alto en este rápido resumen y comentar que si bien es cierto tengo muchos amigos y compañeros profesionales que perdieron familiares sin poder hacer nada durante la pandemia, fui de las personas afortunadas que no perdió ningún familiar en pandemia, pero a su vez, fui quien ganó la lotería de la familia: Me dió COVID.
Tuve esta enfermedad, pero de una manera tan agresiva y rápida, que sin darme cuenta ya me habían ingresado a UCI en una clínica a la que le tengo mucho cariño pues me recibió en el momento pico de la 2da ola, donde las filas eran interminables para entrar a Cama UCI, y donde en la lista de la clínica de pacientes para ingresar a hospitalizarse , yo era la nro. 1 en la lista, con el 75% de ambos pulmones comprometidos y con el plus de tener menos de 50 años , edad que fue una triste ventaja de la que yo me enteraría más adelante.
Detalles de cómo ingresé, los tengo en la memoria: un sacerdote estaba pronto a despertar después de sus 15 días de hospitalización en UCI y yo estaba pendiente de un hilo, o me ingresaban ese mismo día o pasaba al temible % de personas con 0.01% de posibilidades de supervivencia. Y entonces un doctor comentó a una de las madres superioras de la clínica: “Y si despertamos ya al Padre? Y, es así que me dieron un chance de sobrevivir, en esa cama donde reposaba el padre, me pusieron a mí, muy encomendaba y con la bendición del Padre al salir. No fui coincidencia, fue un milagro, pues ese día fue la diferencia entre partir o sobrevivir.
En este punto agradezco mucho a todos mis compañeros, a los grupos de oración, los cuales se multiplicaron exponencialmente por mi recuperación, a los sacerdotes y fieles de las diversas parroquias de la Molina, Cieneguilla, Pachacamac, Cercado y del Rímac, a los grupos legionarios, a los grupos católicos de matrimonios, los heraldos y misiones, y a tantos familiares y amigos que pedían con mucha devoción y fé por mi recuperación.
Estuve 1 mes y medio hospitalizada , de los cuales pase 21 días estuve en UCI, no hay palabras para describir este sueño profundo de incertidumbre, desesperación y dolor; es más, el salir de UCI conllevo a dejar al ser humano en la parte más vulnerable de su esencia física, volver a caminar, volver a escribir, volver a recobrar la parte física (los músculos), la parte neurológica y emocional sin embargo, tengo que siempre rescatar la parte positiva: me lleno de fuerzas, motivación y esperanza y siento que me hice más fuerte que antes.
No le deseo a nadie pasar por esta experiencia, pero si me tocó, debo decir que hay que ir hacia adelante. En este punto siento que la motivación principal como persona fue el proveer a mi familia de lo más importante que puedo dar: ser mejor persona para ellos, para la sociedad y en especial para mí.
Ello motivó a que me comprometa a hacer planes sobre mi reinserción post-COVID, y esto me recordó la planificación que hice durante pandemia: Realicé 3 certificaciones en el 2020, culmine 4 cursos de TI en 2021, culmine un tercer idioma a nivel avanzado en 2021 y realicé mi colegiatura en el Colegio de Ingenieros del Perú (CIP).
Luego de ver todo lo que había avanzado, seguí con mis planes de fortalecimiento físico y emocional, cabe recordar que estar en UCI conlleva a un nivel de stress que podría desencadenar en muchas secuelas que no permití que invadan mi mente, por ello también programé con urgencias mis terapias post-COVID , me permití viajar en familia varias veces 2021 y 2022, organicé reencuentros familiares y emprendí actividades que no me sentía capaz de hacer desde hace mucho tiempo (motocross y baloncesto con mis hijos), y logré sentirme tan capaz, de estar al punto de ser tentada por varias empresas nacionales y extranjeras para integrar sus filas. Gracias a Dios, tengo un buen trabajo al cual valoro y donde me tienen confianza plena, tanto en mis conocimientos como en mis aptitudes.
Esta vivencia y resumen es para compartir con Uds. como profesionales que han tenido problemas en pandemia buscando o cambiando de lugar de trabajo, problemas familiares y hasta pérdidas de seres queridos:
- Si no la han iniciado, comiencen su estrategia de vida, analicen sus fortalezas y debilidades para hacer su plan de vida, y que este plan sea un balance completo entre su vida laboral y familiar.
- Planifiquen sus actividades profesionales y familiares, no esperen a que ocurra un evento que los obligue a planificar o peor aún, que cuando quieran hacerlo ya tengan puestos limites que no se los permitan.
- Ejecuten sus planes, plásmenlos y sigan, tengan la motivación de comprometerse con Uds. mismos a ser mejores personas y mejores profesionales, y no esperen a que nos toque la “lotería” de pasar un momento duro para darnos cuenta de que podemos hacerlos.
- Hagamos seguimiento a nuestros planes. Seamos conscientes de que tenemos la capacidad de ser mejores y de ser más competitivos en este mundo profesional que siempre nos pide que demos más y más; recordando siempre que debemos balancear nuestras actividades laborales con las actividades familiares. Es nuestra familia, la que siempre estará allí para apoyarnos y darnos fuerzas cuando veamos que el camino se pone difícil, esta es una motivación que me acompañó en todo mi proceso de recuperación y estoy segura de que sin ella no hubiera logrado todo lo que he obtenido con esfuerzo y dedicación.
- Cerremos cada etapa de nuestro plan de vida y sigamos por más. Todos tenemos las capacidades para volar más alto, aprovechemos nuestros dones.
Quiero terminar diciéndoles que es muy importante recordar siempre que somos nosotros mismos quienes debemos poner objetivos claros a nuestra vida, los ejecutemos y terminemos con éxito, por ello, seamos conscientes que valemos mucho y que debemos valorar lo que nuestra mente e intelecto puede lograr si nos proponemos todo para el bien de los nuestros.
Éxitos para todos!
Sobre la Autora: Maribel Mejía Solano de Valle
Ingeniera de Sistemas de la Universidad de Lima con Diplomados en Mercadotecnia y Estrategia y Política Empresarial, Máster en Administración de Negocios de la Universidad de Lima.
Ha gestionado proyectos corporativos por más de 15 años en el sector bancario y de tecnología, en el área de telecomunicaciones se desempeñó como gerente principal de una trasnacional francesa gestionando proyectos de tecnología entre Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Brasil, Colombia y Perú.
Profesional motivada a realizar un gerenciamiento de proyectos con resultados exitosos en entornos exigentes a través del liderazgo empático de equipos multidisciplinarios; y orientada a generar el interés por conseguir la excelencia profesional y personal.
Email: maribelmsolano@gmail.com